La ironía es un recurso exquisito que hay que saber utilizar con elegancia. Un uso burdo se estampa contra la frivolidad o aún peor con el cinismo. Lo frívolo nos convierte en insustanciales, lo cínico en perversos, mientras que lo irónico, ajustado al contexto en que pueda ser entendido, en críticos agudos y punzantes.
Singular: 1 comentario en “La dificultad de la ironía”