¿Inmoralidad o amoralidad?

4 comentarios

No hay amoralidad en el humano —excepto en individuos con determinadas patologías psicóticas, según dicen los especialistas, que no cabe incluir en esta reflexión— Lo que tiene lugar son perspectivas morales diversas desde las cuales juzgamos como inmorales acciones que no se ajustan al patrón que hemos interiorizado. Ser amoral significa no tener noción alguna del bien y del mal, y mostrar por lo tanto una indiferencia absoluta ante cualquier suceso. Esto no se aviene a la condición humana que en su relación con el otro necesita de criterios que le permitan discernir que es bueno o malo respecto a las interacciones, y por tanto lo que unos hacemos a los otros, o estos nos hacen. El decir, aunque menos dañino que la acción, también se juzga desde determinados criterios morales porque intuimos que reflejan el êthos del otro.

Incluso Nietzsche, que de manera superficial y generalista se considera alguien que truncó toda moral y se situó, como reza uno de sus escritos, Más allá del bien y del mal, estaba atravesado por una concepción de lo moral, que tal vez rompía con la tradición judeo-cristiana —al menos—, pero que como negación de lo que él consideraba que mataba la vida, esclavizada al humano, estaba inaugurando otra concepción moral, propia, revolucionaria, pero al fin y al cabo, una percepción que habiendo superado lo que él entendía como humano —aquel sometido a un dios, incapaz de hacerse cargo de sí mismo y autoafirmarse en su voluntad de vivir en toda su amplitud— se erigía en su propio legislador, desafiando con su gestos y palabras a los humanos esclavizados y a la cultura que los dominaba, y gestando una transvaloración de los valores, mas no una eliminación o supresión de cualquier valor. Para él la vida era un valor; una vida que sintetizara lo apolíneo y lo dionisíaco, lo racional y lo pasional, lo emocional, los deseos. Su destino, así se concebía, era evidenciar el nihilismo y como desde la aceptación de esa absoluta nada, se podía vivir intensamente según lo que él identificaba como irrenunciable para la vida: ahí se desarrolla su moral, que está exenta de preceptos intimidatorios porque lo que quiere es provocar la ebullición de lo negado hasta ese momento por la cultura occidental. En ese sentido, puede ser percibido como alguien excesivo, dinamita explosiva, pero siempre alguien que reivindica la vida auténtica sin negar ninguno de los aspectos que la pueden, casi metafóricamente, caracterizar. Así su moral es para aquellos que han superado al hombre sometido, tullido en su expansión vital. Pero, como decimos, un nuevo horizonte que no está exento de moral.

Cierto es que, a menudo, el término moral tiene unas connotaciones excesivamente identificadas en la cultura occidental con lo judeocristiano como un todo castrador de la vida. Esto permite reiterar que no hay amoralidad, sino diversidad moral y reflexión ética que desmantela el dogmatismo moral. Para Nietzsche su ética consiste en hacer una genealogía de la moral occidental para desvelar las falsedades que le son inherentes y que han servido para someter al hombre y negarle la Vida.

En consecuencia, y Nietzsche ha sido por su papel en la cultura occidental un caso obvio de que la amoralidad no es atribuible a la condición humana, ya sea, porque todos tenemos una concepción u otra de qué tipo de vida queremos, o porque la relación con los otros exige y evidencia los implícitos morales que nos inducen a actuar de una u otra manera.

Inmorales podemos ser todos según desde dónde se nos juzgue y con qué amplitud de miras se haga, amorales ninguno.

Plural: 4 comentarios en “¿Inmoralidad o amoralidad?”

  1. No queda más que la auto valoración de ambos conceptos y ver en qué punto de la escala nos vemos, ¿Es necesario sentirse aceptado ? Eso dependerá del grado de conciencia pues ser amoral o no realmente influye si se quiere encajar dentro de los cánones de una sociedad rígida y regida por ambos.
    Bueno es mi punto de vista. ¡Gracias por esa lectura!

    Le gusta a 2 personas

Deja un comentario