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¿Qué significa estoico en la filosofía?
El término «estoico» se remonta a la filosofía antigua de Grecia y Roma. Los estoicos eran un grupo de filósofos que creían en la importancia de vivir de acuerdo con la razón y la virtud, y en la aceptación del destino y la adversidad como parte de la vida.
La palabra «estoico» proviene del término griego «stoa», que significa «pórtico» o «colonnade». Los filósofos estoicos solían reunirse en un pórtico en Atenas llamado «Stoa Poikile».
Los estoicos creían en la importancia de la autodisciplina y el autocontrol, y en la capacidad de cada individuo para alcanzar la felicidad a través de la razón y la virtud. También defendían la igualdad de todos los seres humanos y la importancia de vivir en armonía con la naturaleza.
Entre los estoicos más famosos se encuentran Marco Aurelio, Epicteto y Séneca. Sus escritos han tenido una influencia duradera en la filosofía occidental y siguen siendo objeto de estudio y debate en la actualidad.
¿Cuáles son los principios de los estoicos?
Antes de adentrarnos en los principios de los estoicos, es importante entender el origen de la palabra «estoico». Esta palabra proviene del término griego «stoa», que significa «pórtico». Los estoicos se reunían en el pórtico pintado de Atenas para discutir filosofía y vida práctica.
Los estoicos creían en la importancia de vivir de acuerdo a la naturaleza y en armonía con ella. Creían que la razón era la herramienta más importante para lograr la felicidad y la virtud. Además, destacaban la importancia de desarrollar la autodisciplina, la fortaleza y la resistencia ante los desafíos de la vida.
Entre los principios fundamentales de los estoicos podemos encontrar:
- La aceptación del destino: creían que no podemos controlar todo lo que nos sucede en la vida, por lo que es importante aceptar nuestro destino y vivir en paz con ello.
- La virtud como objetivo principal: para los estoicos, la virtud era el objetivo más importante de la vida. Buscaban vivir de acuerdo a la razón y la moralidad, y creían que esto les llevaría a la felicidad.
- La importancia del autocontrol: los estoicos creían que debíamos tener control sobre nuestras emociones y deseos, y que esto nos llevaría a tener una vida más equilibrada y en armonía con la naturaleza.
- La vida en comunidad: para los estoicos, la vida en sociedad era fundamental. Creían en la importancia de la empatía, la justicia y la cooperación para lograr una sociedad más justa y virtuosa.
Su legado ha sido muy importante en la historia de la filosofía y sigue siendo relevante en la actualidad.
¿Qué frase resume el pensamiento del estoicismo?
El estoicismo es una filosofía antigua que se originó en Grecia y se desarrolló en la época romana. Los estoicos creían en la búsqueda de la virtud y la sabiduría a través de la razón y la aceptación del destino. La palabra «estoico» proviene del término griego «stoa», que significa «pórtico».
La frase que resume el pensamiento del estoicismo es «vive de acuerdo con la naturaleza». Esta idea se refiere a la importancia de vivir en armonía con el universo y aceptar las cosas tal como son. Los estoicos creían que la felicidad y la paz interior se pueden alcanzar al aceptar lo que no se puede cambiar y centrarse en lo que sí se puede controlar, como nuestras propias acciones y pensamientos.
Otro concepto clave del estoicismo es el logos, que se refiere a la razón divina que rige el universo. Los estoicos creían que el logos está presente en todas las cosas y que la razón humana puede comprenderlo para alcanzar la sabiduría y la virtud.
La frase «vive de acuerdo con la naturaleza» resume su pensamiento principal y se refiere a la importancia de vivir en armonía con el universo y aceptar las cosas tal como son.
Conclusión
En resumen, la palabra «estoico» proviene de la filosofía griega y se refiere a la escuela de pensamiento fundada por Zenón de Citio en el siglo III a.C. Los estoicos creían en la importancia de vivir una vida virtuosa y en armonía con la naturaleza. A lo largo de la historia, el término ha evolucionado y se ha utilizado para describir a personas que son capaces de soportar el dolor y la adversidad con fortaleza y serenidad. A través de su origen y significado, la palabra «estoico» nos recuerda la importancia de cultivar la virtud y la fortaleza en nuestras vidas.
Síntesis en 7 minutos:
¿Por qué hoy el ESTOICISMO?
Tras la introducción básica sobre lo que es el estoicismo, nos hallamos en condiciones de pensar el porqué es una filosofía que tiene una resonancia creciente en nuestros días. Hasta hace unos años, curiosamente, se caracterizaba las sociedades actuales de hedonistas -hay quien continúa haciéndolo- a partir de una concepción errónea del hedonismo originario que tiene lugar en Grecia en el denominado Jardín de Epicuro. Éste identifica el placer con la felicidad, aunque el placer es para él la ausencia de dolor. La vida feliz es la de aquel que consigue ahuyentar el dolor (miedos, angustias, males físicos…) para lo cual lo mejor es llevar una vida austera, disminuir al máximo las necesidades, y saber que el placer oscila en un umbral a partir del cual se transforma en dolor. Su interés al hablar de felicidad es de naturaleza espiritual; nunca de una vida entregada indiscriminadamente a los placeres corporales que es la interpretación que se ha extendido en la actualidad.
Bien, pues es curioso que ante este malentendido de lo que era el hedonismo haya tomado fuerza otra corriente de la filosofía helenística que estuvo presente en la época romana, como es el estoicismo. Destacamos de éste la preocupación por la felicidad a la que se accede mediante la racionalidad y la virtud; que en estos tiempos de descreencia se acuda de nuevo a la razón como herramienta básica para acceder a la felicidad puede parecer un contrasentido. Sin embargo, la función de la razón consiste en posibilitar que alcancemos un grado de apatía -no padecimiento- e indiferencia respecto de todo aquello que no depende de nosotros, que acostumbra a ser confundido con lo que sí y fuente inagotable de insatisfacción. Así la razón nos proporciona autocontrol sobre lo que sentimos y lo que no.
Trasladando estas convicciones a la actualidad, vemos que un mundo que puede ser percibido por el individuo como altamente complejo y caótico, la razón nos ayuda a atemperar las emociones distinguiendo claramente qué es nuestra responsabilidad y qué no, y adoptando en cada caso la actitud que nos acerca más a la felicidad. Al creer en el destino y en un Universo ordenado, los individuos minimizan aquello sobre lo que pueden actuar, quedando en un estado de indiferencia y apatía no egoísta, aparentemente. Sin embargo, si lo analizamos con más detenimiento nos apercibimos que el estoicismo hace que el individuo se centre en sí mismo y que asuma un conformismo social y político, conveniente para que el sistema económico, globalizado capitalista reduzca sus opositores. Además, por otro lado, los que apostaban por el hedonismo -mal entendido- como forma de vida desatada que busca el placer, se transforman en consumidores preferentes de todo aquello que el mercado les ofrece para satisfacer estos supuestos placeres que los llevarán a la felicidad. Estos últimos acaban sintiendo cómo esa manera de entender el placer no satisface sus necesidades más elevadas que son las interiores. Los estoicos por otra parte, aunque privilegien la vida en consonancia con la naturaleza -el vegetarianismo puede provenir de ahí- ésta impone un destino del que uno no puede zafarse y la pregunta que resta es qué valor tienen la libertad como condición para la elección de la propia vida. Si tan poco margen de acción tenemos, parece que estemos creados en serie para ser lo más racionales y homogéneos posibles.
Actualmente, lo que se hace es recuperar principios de teorías antiguas que pueden ser útiles hoy, formando una especie de eclecticismo que se adecua a las circunstancias e inquietudes contemporáneas. Así la idea de red de apoyo o de comunidad proviene del epicureísmo, al haberse decepcionado con la Polis como entorno natural de la vida humana. Sería hoy como comparar las grandes ciudades con pequeñas comunidades unidas por intereses comunes o de barrio. Por otro lado, un mundo convulso e incierto exige una templanza emocional que aportaría el estoicismo.
Lo que parece claro es que el nihilismo, la nada que aflora con la muerte de Dios necesitamos llenarla de algún sentido que nos permita soportar la vida. Próximos a esta percepción estaría el pensamiento de autores modernos como Schopenhauer, que parece que está siendo recuperado, Nietzsche, …
Sabias palabras de uno de los representantes del estoicismo, Séneca, que no nos alientan a seguir esta doctrina sino a ser autónomos en nuestras decisiones:
“En nada, por consiguiente, hemos de poner mayor empeño que en no seguir, según acostumbran las ovejas, la rebaño que va delante y que camina, no por donde se debe ir, sino por donde va todo el mundo”[1]
[1] Séneca “Sobre la felicidad” Biblioteca Edaf. Pg. 64