IMAGEN EXTRAÍDA DE: https://www.homohominisacrares.net/filosofia/frases-celebres-y-filosoficas.php La línea recta, ondulada o en bucle del tiempo es esa metáfora imprescindible sin la que no poseemos identidad. Constituye una imagen difusa en nuestro interior, en cuanto no podemos pensarlo en sí mismo más que como abstracción, que se va moldeando con en el transcurso de nuestra existencia —fijémonos que
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Leyendo “La pianista” de la escritora galardonada con el Nobel, Elfriede Jelinek, descubro una escritora con una peculiaridad indiscutible: un aparente laconismo mediante el cual recrea un clima, unos sucesos casi carentes de acontecer, que te sumergen en un contexto en el que abunda la rigidez, la ortodoxia y por tanto la asfixia vital de
Quien se fortifica deviene un individuo centrifugado en su ego y, probablemente, muy selectivo en el trato social. De entrada podríamos pensar que esta posición es una repulsión narcisista, que enalteciéndose a sí mismo desprecia lo otro. Pero, quizás erraríamos sin apercibirnos de que el narcisista precisa del reconocimiento ajeno para sustanciarse, motivo por el
Desbocados por el ansia de obtener un reconocimiento acaso tardío, podemos actuar por actuar. Es decir, realizarnos continuamente en algo objetivable que nos desconecte de nuestra interioridad. La ventaja obvia es que nuestra identidad se reduce a lo que hacemos, velando la incapacidad de demarcar quién somos. No obstante, como curiosidad, la etimología del verbo
Desposeídos de identidad -o tal vez jamás tuvimos sustancia alguna más que los ecos de espejismos anhelados- danzamos desnortados en un festejo dionisiaco que antes que búsqueda, deviene fuga. Somos aquellos que, sin poder decir nada sobre sí mismos, inventamos un lenguaje simbólico para crearnos y crear todo lo que necesitamos y de lo que
La nebulosa onírica, que como fulgores oculares atisbamos como una reminiscencia resistente, advierte de angustias y desesperos que moldean nuestro sentir, a menudo indiscernible. El vano afán de retener y delinear esos breves y escuetos destellos nos abruma, porque donde hay voluntad de nitidez y veracidad, junto con la impotencia de ese vago recuerdo, se
Aquel que mendiga el reconocimiento ajeno, se vio privado de la satisfacción de los afectos más perentorios, y aquejado de ninguneo, repta sutil y sigilosamente para que la mirada del otro le espejee quién es.
“Kleist fue el primero que estableció para el teatro moderno su complejo dominio de la seriedad insegura (…) Aspira a una polifonía en la que ironía y responsabilidad, gravedad y deleite, están implícitas por igual. Sus argumentos parecen desplegarse en diferentes niveles de realidad y no estamos seguros sobre cuál es el ‘más real’ en
Se dan actualmente dos percepciones antagónicas que son consecuencia, tal vez de distancias generacionales, sobre los trastornos mentales. Estas visiones mencionadas oscilan de la estigmatización al romanticismo. Respecto de la primera, existen abundantes foros en los que se intenta desmontar este prejuicio mostrando a sujetos que padecen enfermedades mentales como individuos con vidas “normalizadas” e
Hay humanos con una capacidad muy agudizada para el fingimiento, la doblez, y ser antagónicamente uno, aunque parezca una imposibilidad. De esta manera desarrollan la astucia de mostrarse como uno u otro, según el contexto requiera, y con tal excelencia que nadie podría reconocer en ese individuo, el yo que se le ha ocultado, precisamente