por Ana de Lacalle en 27 noviembre, 2018 -aforismo publicado anteriormente- Privados de recursos mentales que simbolicen un propósito vital, solo nos resta el exiguo aliento de rebuscar entre lo sobrio y cotidiano algún “para qué”, suficientemente fascinante como para sustentar la ausencia de metarelatos creíbles.
Categoría: Textos revisados
Avezados en los entresijos de la existencia, no permanecemos por ello exentos de conmovernos ante la amplitud de lo posible que deviene acontecer. Y en ese perpetuo e imprevisible estar, podría acometernos una situación insólita, semejante a la que producimos oníricamente y que se nos antoje inverosímil. Como, y a modo de ilustración, descubrirnos en
Al termino verdad, en su uso ordinario, le atribuimos el significado de correspondencia de lo que decimos con lo que ocurre, con los hechos –con la realidad afirmamos sin rigurosidad- Entiendo que es el único uso efectivo que puede dársele en la vida cotidiana, aunque quizás con la conciencia de que no es posible que
Una de las ideas que sostiene con convicción Joan Carles Mèlich es esa manera de calificar la Filosofía -al menos la que él desarrolla- como literatura filosófica en cuanto su decir es de difícil clasificación. Exluir uno de los dos términos resulta como descafeinar los textos de los que estamos hablando y seguir con la
Originalmente publicado en FILOSOFIA DEL RECONOCIMIENTO:
Ayer vi Joker. Me produjo un impacto sobrecogedor, en sintonía con la fuerza de la interpretación magistral de Phoenix y la tragedia en sí misma que la película exhibe, acaso para zarandear las certezas morales que legitiman nuestra existencia. Cabe decir que, solo soy una aficionada al cine, no…
Texto revisado de 23 febrero, 2017 Alcanzar la lucidez sobre las cosas parece una quimera abandonada por la denominada era posmetafísica, aquella en la que, denostado cualquier fundamento trascendente, se finge vivir COMO SI no los hubiera, de hecho. Es decir, afirmando la absoluta vacuidad de “algo” que pueda dar sentido al mundo, constatamos como
Nacer no es propiamente una acción. Es la resultante de un proceso de expulsión que se desencadena en el útero materno, para resolver una situación naturalmente insostenible. Un cuerpo no puede por más tiempo dar cobijo vegetativo a otro que ha aumentado sus dimensiones. Aquí aprehendemos más nítidamente ese postulado sartriano que reza: el hombre
El llanto desconsolado es, en general, una expresión de profunda tristeza. La cultura ha contribuido a su inhibición como si fuera una muestra de descontrol emocional y turbación del individuo inadmisible. Por el contrario, sabemos que la necesidad de llorar es un mecanismo que descarga la pena y hace su peso más liviano. Por ello,
En un arrabal anexo resguardo discretamente la pena, inhumada como si hubiese fenecido a base de ignorarla. Y nadie piense que se apoderó de mí la vergüenza o el pavor de traslucir debilidad ante los fisgoneos ajenos. No, es mi propio temor por sentirme poseída y embadurnada de brea líquida; esa que ennegrece el alma
Dormitaba sibilante como aspirando todo el oxígeno que había a su disposición. La apnea le asestaba azotes que provocaban un sueño superficial y un despertar súbito. A veces, al emerger de ese estado onírico, le burbujeaban imágenes insistentemente, que él identificaba como causas de ese malestar que le hostigaba siempre al despertar. Algunas eran cuerpos