REVISIÓN DE UN TEXTO DE MARZO DE 2017 Que un dolor no pueda ser re-conocido por nadie más que por quien lo padece, que a quien sufre se le diga que no es re-conocible su dolor, le condena al pozo de la soledad más cruda, al silencio impuesto por la incomprensión. Ya, en esa guarida
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Podemos resentirnos por una diversidad de motivos, aunque el término se use habitualmente para expresar un malestar por un pesar o enojo. Resentir no es más que volver a sentir algo ya sentido, mas parece que el lenguaje nos muestra la tendencia predominante: traemos a nuestro sentir las emociones dolorosas. Este modo de repetición emocional
Palpita con desazón la huella de tu ausencia que, como eterno retorno casi persecutorio, acontece en tu presencia. Una dicotomía punzante que des-cicatriza heridas, hirviendo de sangre a borbotones cual hemorragia infinita. Ojalá fueses tan solo una descarnada pesadilla, que al abrir los ojos extraña y desconcierta por irreal y fantasiosa. ¡Desintégrate! ¡Huye! Antes de
Quien se fortifica deviene un individuo centrifugado en su ego y, probablemente, muy selectivo en el trato social. De entrada, podríamos pensar que esta posición es una repulsión narcisista, que enalteciéndose a sí mismo desprecia lo otro. Pero, quizás erraríamos sin apercibirnos de que el narcisista precisa del reconocimiento ajeno para sustanciarse, motivo por el
En los vértices del mundo se halla siempre algún humano pendiendo, sangrando por las heridas que le han perforado su impertinente e insaciable necesidad de saber. Aquel que quiso conocer y, habiéndolo logrado, se quedó atravesado por la verdad: elevando nuestra capacidad de aprehender solo masticamos el absurdo y el vacío; una experiencia demoledora porque
Si el desafío es buscar algún filósofo, literato, poeta…artista que supiera lidiar con el dolor, ese fue sin duda Nietzsche: No es nada el ser fuerte como un estoico, con la insensibilidad uno se ha liberado. Se deben poseer en uno mismo los contrarios: la delicada sensación y lo contrario, no desangrarse, sino convertir el
En las postrimerías de la vida —tras verificar a posteriori que era el período final— recibimos sutilmente indicios de que se aproxima el óbito, pero huimos del tremendismo de creer que es tan grave, o tememos pronunciar lo que sobreviene por si nuestro acto de habla fuese performativo, y al decirlo sucediese. Volvemos a experimentar
IMAGEN: http://www.artistasdelatierra.com/obra/88358-Lo-apolineo-y-lo-dionisiaco.html. “Nietzsche se inclina más por la forma epicúrea de vida, pero tampoco es el epicureísmo en sí mismo deseable. El sufrimiento y ciertos horrores de la vida deben ser evitados, si ello es posible, sobre todo si son estériles. La meditación morbosa de la muerte o el recuerdo constante de nuestra condición sufriente,
El sufrimiento, la manera en que experimentamos el dolor que comporta la existencia, puede conllevar dos actitudes, al menos: la de quien se centrifuga egocéntricamente en él y no ve más padecimiento que el suyo; y la de quien tira del lastre como un buey y continua con su vida como si no hubiese pasado
Nuestra vulnerabilidad es directamente proporcional a la falta de auténticos vínculos porque, allí donde nuestra fragilidad se muestra, son muchos los rapaces que acudirán a descarnarnos. Solo arropados por la fidelidad de los que viven con y por nosotros nos libraremos de los crápulas que se sustentan del destrozo ajeno. Todos somos vulnerables, tengamos conciencia