La Filosofía debería estar arraigada en la existencia, hundida en el fango de la realidad. En consecuencia, aquello que palpando corpóreamente se convierte en el magma a partir del cual construimos nuestra comprensión del mundo, exige cierta coherencia en las acciones que llevamos a cabo. Un paradigma de esta manera de entender la Filosofía fue
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Los “argumentos”, supuestamente, incontestables que sirven como fundamento de nuestro actuar: “yo siento que”, “yo quiero”, “Yo necesito”, “me apetece”, no son más que la consecuencia de un ensalzamiento del “yo” como núcleo de emociones y deseos que reclaman su legitimidad de ser satisfechos. Mientras el referente sea el ego incapaz de percibir la alteridad,
IMAGEN: La economía del bien común: una redefinición de Jean Tirole : Ethic Con algo más de perspectiva para poder evaluar cómo afectó la pandemia del covid-19 a las sociedades occidentales, podríamos decir que aparte del batacazo económico, los paradigmas bajo los que se organizan y funcionan nuestras sociedades no se han tambaleado un ápice.
Desde el momento en el que el dolor físico pasa a formar parte de la cotidianidad de la existencia de un individuo, éste se ve lidiando con la confluencia de un dolor de distinta condición: la corporal y la psíquica. Estamos abordando este nuevo dolor como uno solo, resultado de la materialidad diversa que constituye
La comprensión lectora hace años que está precipitándose por un acantilado sin escarpas. Los que se dedican a la educación -quien subscribe el texto se dedicó con gusto muchos años- lo constatan cotidianamente, cada vez con más consternación, mientras las directrices impuestas por los nuevos modelos educativos, con sus grandes teorías y estrategias, contribuyen a
Tras unos cuantos años leyendo, pensando, sintiendo y escribiendo padezco lo que denominaría “el síndrome del sofista”. Este consistiría en el hartazgo de la palabrería, casi retórica, sobre todo cuanto ha sido objeto de mi inquietud, y respecto de lo cual, mastico con dificultad para poder digerir su disolución en el fluir de lo que
Todo se muestra raro, irreconocible. Nada parece ocupar su lugar, ese que le pertenece y sin el cual no sería lo que es. El lugar no es un locus físico, sino el enlace en la red de relaciones sociales que, aun siendo mutable y cambiante, constituye un aspecto de lo que cada cosa es. Nos
Podría hablar de la jornada electoral que nos espera, sin embargo, solo de pensarlo me quedo abatida por el aburrimiento. Dicen algunos filósofos que el aburrimiento es un estado difícil de combatir y que en esta lid está en juego el sentido mismo de la existencia. Ahora bien, si el tedio no se origina en
Nacemos para morir, y entre estos dos tiempos existimos. Aquello que nos depara la existencia no depende únicamente de nosotros; sin embargo, sí podemos aprender qué hacer con ello, de tal forma que sea lo menos dañino, malo, y lo más beneficioso, bueno. Obviamente, este aprendizaje no es otra cosa que la experiencia, es decir,
Una manifestación de dolor interno recurrente en los humanos son el arrepentimiento y el remordimiento. Aunque pueda parecer que entre uno y otro la diferencia es una sutileza, no hay nada más errado. Si recurrimos a dos filósofos distantes en el tiempo, próximos sin embargo en su reflexión al respecto, como son Schopenhauer y Sánchez