¿Y si aquel que personifica la cordialidad y la ternura no está más que impostando con suma excelencia? ¿Y si no hay tal fingimiento e incluso yacen ocultos otros sentimientos? ¿Qué hacer en cualquier caso? Todo evoca al fracaso, al dolor y al sufrimiento; porque si hay impostación hay alguien objeto de engaño y falsedad,
Etiqueta: Sentido
“(…) Empiezas a comprender que a la vida no le incumbe recompensar el mérito. (…) Vas descubriendo que a medida que los testigos de tu vida disminuyen, hay menos corroboración y, por consiguiente, menos certeza de lo que eres o has sido.” Julian Barnes, El sentido de un final, Anagrama compactos 2014.Barcelona Lidiamos, junto a
Somos rastreadores husmeando el olor en el que vivimos. Ora agrio, otrora rancio; mas no desistimos ante la posibilidad de olisquear alguna fragancia que renueve el ambiente de cualquier hedor. Porque nuestra aspiración y afán nos eleva por encima de coyunturas pestilentes, que nos inducen a creer que la respiración oxigenante no es una quimera,
“(…) no hay ningún texto literario, ya sea un poema lírico o una novela policíaca, de ciencia ficción o romántica, que no contenga, manifiestos o encubiertos, unas coordenadas metafísicas, unos axiomas lógicos o unos rastros de epistemología. El hombre narra mundos posiblemente alternativos, a modo de contrapunto a esta realidad limitada, provinciana. Lo filosófico y
La cruda existencia nos vuelve vulnerables: desprendidos de lugar propio, devenimos víctimas golosas de pasiones desatadas, desnudas de convenciones que nos arrostran, someten y deslumbran. Solo, cuando la voracidad del impulso que busca satisfacción como lenitivo benéfico para soportar lo absurdo, que se encarniza en lo más rastreramente cotidiano, se va desvaneciendo, retomamos
Revisión de un artículo de 2016 Cuando el objetivo de nuestras vidas es la felicidad, una ansiedad nociva se ha disparado en nuestro interior. La existencia, como misterio que vamos aprehendiendo por la experiencia, no admite fines ulteriores que exigirían una comprensión nuclear de su naturaleza. En la medida en que forzamos un sentido vital
Se encoge cuanto nos constituye evaporándose, como una fumarada abrupta, súbita, inesperada. Ese vaho va trashumando tenuemente, con firmeza. No es un gesto, ni un requiebro equívoco para ladearnos y culminar sorpresivamente aduciendo que no era más que una chanza. Es el acontecer mismo, lo único que propiamente nos pertenecía –aunque lo ignorábamos-, imbricado en
Desearíamos, tan solo, un poso fructífero derivado de la acumulación de esas breves y tenues vivencias que sustancian el alma. Anhelamos que emergiendo de la tragedia cotidiana restara algo, ni que sea invisible pero sí perceptible por algún sentido oculto de nuestra mente, que vigorizara las ganas de permanecer en este averno en el que
Verdear el horizonte es un deseo inconsciente, una reminiscencia ancestral que como un renuevo pulsa por emerger con consistencia. Pero, no hay posibilidad ya, desfondados por un presente crudo y realista, de rebrotes falaces que solamente devienen lenitivos para sostener lo insoportable. Serpenteando por el ámbito de lo infausto, nos resta la fortaleza para rescatarnos