IMAGEN EXTRAÍDA DE: https://www.homohominisacrares.net/filosofia/frases-celebres-y-filosoficas.php La línea recta, ondulada o en bucle del tiempo es esa metáfora imprescindible sin la que no poseemos identidad. Constituye una imagen difusa en nuestro interior, en cuanto no podemos pensarlo en sí mismo más que como abstracción, que se va moldeando con en el transcurso de nuestra existencia —fijémonos que
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Acaso sea la soledad de mármol infranqueable, que incapacita para anudar lazos que templen, esa ausencia de calor vital lo que precipite muertes biológicas ante vidas ya inertes. Un cenotafio que aguarda al desdichado como destino apropiado y propio, habiéndose desvanecido en el abismo de la nada, sin nadie, ni com-pasión alguna. Solo el transeunte anónimo, desbordando
Si en el silencio cavernoso nos sobrecoge la guadaña y, extenuados de no oír a nadie más allá de los límites de nuestro yo, la hospedamos con un júbilo agrio, ¿será porque andábamos rebuscando el amparo de alguien compasivo que pudiera liberarnos? No todos podemos sostener un silencio prolongado que percibimos como un ninguneo que
https://comunaslitoral.com.ar/nota/7121/la-muerte-ese-destino-inexorable REFLEXIÓN SOBRE CÓMO EL HUMANO ENFRENTA LA MUERTE, pasando por Epicuro, Platón, Schopenhauer, Nietzsche, Mainländer, Cioran, Levinas
Mientras el tiempo nos consume, restamos ignaros del desgaste que nos va disipando; hasta que súbitamente el espejo interior refleja un alma lacia cuyo devenir es la nada. Esto es la inconsciencia.
En el eco de mis muertes aún hay miedo. ¿Sabes tú del miedo? sé del miedo cuando digo mi nombre. Es el miedo, el miedo con sombrero negro escondiendo ratas en mi sangre, o el miedo con labios muertos bebiendo mis deseos. Sí. En el eco de mis muertes aún hay miedo Alejandra Pizarnik
“No hay forma más dolorosa de sentir la irreversibilidad del tiempo que a través del remordimiento. Lo irreparable no es otra cosa que la interpretación moral de esa irreversibilidad. El mal nos desvela la sustancia demoníaca del tiempo; el bien, el potencial de eternidad del devenir. El mal es abandono; el bien, un cálculo inspirado.
“Polvo sois y en polvo convertiréis” reza el Eclesiastés. Y con las cenizas de quien amamos en una urna, sentimos un espeluznante y frío hormigueo recorriéndonos el cuerpo; mientras, prudentemente alejados de esa especie de ánfora, recordamos lo mínimos que somos y lo ínfimos que devenimos. Generados por un polvo, hechos polvo por los avatares
“¿No sería mejor dejar a la muerte, en la realidad y en nuestros pensamientos, el lugar que por derecho le corresponde, y sacar a relucir un poco más nuestra actitud inconsciente hacia ella, que hasta el presente hemos sofocado con tanto cuidado? No parece esto una gran conquista; más bien sería un retroceso en muchos