La resaca de un día único.

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Hoy es día de resaca literaria. Empiezas el día con más libros para leer y aprender: el que yo me compré de Félix Rueda –“Maldito espejo” Terra Ignota ediciones-, los que un compañero muy generoso me regaló tras un café entrañable, Tony Cazas –“Daniel, infierno y venganza” y “El verdugo de las almas perdidas”, ambos en Terra Ignota- el que me regaló mi no-yo externo e inseparable – “Cómo no acabar con todo. Un retrato de la mente suicida” de Clancy Martin, Gatopardo Ensayo, …un día de reencuentros, de conocer nuevos colegas y siempre muy emocionante. Desbordada por la cantidad de libros que hubiera querido adquirir y que tendrán que esperar, porque sé que de todos ellos habrá algo que se me incrustará, sea consciente o no, para el resto.

Y tras la jornada, un nuevo impulso para proseguir y llevar a cabo el proyecto que tengo entre manos. Además, un agradecimiento enorme a todas las personas que a lo largo de mi vida me han hecho amar la lectura. Las que me descubrieron que un libro es un mundo desconocido del que pasas a formar parte cuando inicias la lectura, y que cuando la finalizas ya forma parte de ti. Y, además, confesaré que, por mi historia, el acto de leer fue un acto de voluntad y esfuerzo al principio. Que siempre me satisfacía cuando veía que lo había logrado y reconocía todo lo que residualmente quedaba en mí.  Soy lo que soy por muchos actos de voluntad, de esfuerzo y de convicción de que aquello era lo mejor para mí.

Dicho esto, el día de Sant Jordi es siempre para mí una fiesta al gesto de construirse a uno mismo desde el propio querer y deseo. No puedo esperar más.

Quiero felicitar a compañeros/as que, inclusive, recibieron premios, como Cristina Gracia Tenas, y a todos los que se sintieron acogidos por los lectores -vendieran más o menos-. El día de Sant Jordi es tal vez el menos indicado del año para ojear libros y decidirte por uno. Antes bien creo que compras aquel que ya tenías elegido previamente, ya que el gentío hace imposible un paseo calmado de lectura breve de sinopsis, de búsqueda. Para eso, cualquier día del año pasar una mañana o una tarde en una librería es lo más adecuado.

Solo nos queda leer, pausadamente, degustar las páginas creadas con esfuerzo y cuidado por los otros, y, los que escribimos pulir nuestra literatura cada día, para lo cual es esencial realizar buenas lecturas.

Entre estas buenas lecturas querría destacar una, seguramente conocida y leída por muchos de vosotros, que considero que nos puede ayudar a entender la mirada judía en la guerra actual entre Israel y Palestina. Esto no justifica, a mi juicio, la matanza de palestinos, pero nos permite conectar con el sentimiento judío desde bastante antes del holocausto de sentirse siempre un pueblo perseguido y aniquilado en la historia.  El lujo, además, es que esto explicado por la pluma de Stefan Zweig nos trasporta sin darnos cuenta a otra época y vamos realizando el recorrido que él nos marca. Con una suavidad, elegancia y calidad que cada vez que cierro las páginas para cesar la lectura, desearía poderle dar las gracias pro todo cuanto ha escrito. Imprescindible. Me refiero a “El mundo de ayer. Memorias de un europeo” Stefan Zweig. Ed. Acantilado. Esta editorial, hay que dejar claro, publica los libros de este gigante de la literatura desde hace años y, en consecuencia, mucho antes de que quedarán liberadas sus obras de los derechos de autor. Por ello, creo que s deseáis adquirir alguno de los libros de Zweig, ninguno os va a decepcionar, la editorial Acantilado se merece el reconocimiento de priorizar la calidad literaria por encima de los resultados crematísticos.

Hasta el años que viene, princesa, Jordi y dragón.

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