Esquizofrenia humana

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Internacionalmente no hay orden moral mínimo. Las éticas de mínimos han sido el fracaso que ha plasmado la voluntad de dominio por encima de cualquier tipo de bien. Así, lo que orienta las decisiones son los criterios económicos que acrecientan el poder y a su vez  proporcionan más beneficio. Desgraciadamente, este comportamiento es extensible también a la ciencia y a la tecnología, que en último término se rige por los beneficios económicos de las industrias vinculadas a la investigación y a la técnica.

Estamos inmersos en la sociedad de las multinacionales que recrean  los rasgos de esta para someterla con más facilidad: ligera, transparente, superflua, egocéntrica, suficientemente solidaria para evitar el gasto público, enferma, cansada, decepcionada,…mientras observan como la otra parte del mundo es devastada sin ningún escrúpulo, ante su mediocre impotencia.

Somos la sociedad más esquizofrénica de toda la historia, nos conmueven en el museo de Auschwitz I y Auschwitz-Birkenau, mientras arrasan la ciudad de Alepo prescindiendo de la dignidad de toda persona, y cosificando sus vidas como si fueran parte de las piedras que derruyen, al igual que en Irak, el Kurdistán y una innumerable cantidad de humanos a lo largo del planeta. ¿De qué sirve la historia? No para aprender, eso ya lo sabemos. Tal vez para buscar estrategias más eficaces y sibilinas de exterminio.

Somos sin duda el animal más salvaje porque tenemos más poder.

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