El conformismo como esclavitud

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“Es lo que hay”… y nació el Deseo, como si estoicamente poseyéramos la capacidad de querer lo que tenemos, sin dilación, ni dudas, ni titubeos. Cierto es que desear lo que no hay, en términos absolutos, es un acto de masoquismo que tiende a menos infinito. Pero, también lo es que si la voluntad resta cercenada para que todos deseemos lo que hay, el querer deja de ser aspiración a lo ausente y, en consecuencia, todo permanecerá en el árido ámbito de lo que ya hay, sin posibilidad alguna de hacer presente lo que pudiera parecer quimérico y no es, en última instancia, más que el logro de una voluntad y un querer libres.

Nunca deberíamos conformar nuestra vida a lo que se afanan en mostrarnos que hay, porque el yugo de su asertividad nos hace esclavos de nuestra impotencia.

Plural: 8 comentarios en “El conformismo como esclavitud”

    1. Sea lo que fuere «lo que hay» en cuanto tenemos experiencia de un cierto espejismo de ello, estamos legitimados a hablar de lo que hay, aunque solo sea en términos kantianos. Así que eso es «lo que hay» lo que somos capaces de constatar en nuestra existencia, al menos aunque solo sea un reflejo desviado

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