A OLIVIA

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¡Bienvenida Olivia!

Lamento no por decirte al mejor de los mundos posibles, como creía Leibniz y siguen creyendo algunos privilegiados, pero sí al seno de una familia que te esperaba con ilusión y que te querrá muchísimo. Finalmente, descubrirás que existir es rebuscar ese amor o vínculo con personas que te amen incondicionalmente, y esas serán escasas.

Por el momento tu reto es crecer, ver, reconocer personas, desplazarte, aprender a andar y a hablar. Esos son grandes hitos para una personita de tu tamaño, pero ya que voy a serte muy sincera, será el momento en que empezarás a paladear y a padecer en la vida.

¡No temas! Te acompañarán tus padres en este proceso, y sin darte cuenta estarás adaptada a un mundo que quizás merezcan algunos, pero no todos. Tú pisa fuerte, porque el que duda no es frágil, sino consciente de la vulnerabilidad que nos acecha a todos.

Sin embargo, si aprendes a discernir qué es realmente crucial en la vida y qué no lo es, no necesitarás tanto para regodearte felizmente en instantes que debes procurar estirar hasta la eternidad. Si te digo esto, es porque mi convicción es que la felicidad no es ningún tipo de estado permanente, sino momentos que hay que saber ver. Quizás en eso consista la sabiduría en mirar de tal manera que no se nos escape ningún momento que podíamos haber vivido intensa y felizmente como si fuese una gran banalidad.

Cuanto te digo, no es ningún sermón de la montaña, sino lo que se aprende viviendo. No te estoy animando a ser egoísta, creo que preservarías lo tuyo, pero te perderías todo cuanto puedes recibir de los demás, que a veces es inmensamente más valioso de lo que tú puedas poseer.

Sé tú misa, cuando alcances a intuir algo así; cuestión de la que casi todos hablan y que pocos culminan. Se pasan la existencia buscándose perdidos en el horizonte de su estrecho yo, y así, créeme, Olivia, no hay manera.

Este escrito, si tus padres lo consideran, te lo podrán entregar cuando seas mayor. Entonces, si no entiendes nada deshazte de él, pero si hay la mínima chispa en él que te conmueva, intenta averiguar qué es porque probablemente por ahí estás tú misma esperando.

Eres la quinta de mis sobrinos nietos y todos recibieron un escrito parecido en su momento, aunque ninguno ha tenido la oportunidad aún de sacar algo de provecho si es que se puede. Así que, por el momento te regalo una canción. Una que te da la bienvenida y habla de ti, Olivia. Deseo que, aunque esté en catalán, lo entiendan tus padres, y, si no, tienes un abuelo que aún debe ser capaz de hacerlo.

Lo mejor para ti en esta vida que inicias, y pronto te conoceré, espero, aunque tú tardarás más en recordarme a mí.

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