Para hacer una exploración teórica a la altura de los dilemas de la época, conviene cuestionar primero la noción de “inteligencia artificial” desde su raíz, cuestionar incluso cómo la hemos llamado, en la medida en que siempre los términos que usamos contribuyen a forjar nuestras representaciones (…) El principio de una inteligencia computacional modelada sobre nuestra inteligencia humana es erróneo, porque una y otra no mantienen casi ninguna relación de similitud. Hay una irreductibilidad de la vida como hay una irreductibilidad de la inteligencia humana porque ambas son refractarias a toda definición circunscrita y a toda categorización cristalizada, así como hay una irreductibilidad de nuestros afectos, que se resisten a todo intento de esquematización total. En verdad, se trata más precisamente de un modo de racionalidad basado en esquemas restrictivos y que apuntan a satisfacer todo tipo de intereses.”
Éric Sadin. «La inteligencia artificial o el desafío de nuestro siglo» Ed. Caja Negra. 2020. pg. 36-37
Fragmentos para repensar lo que se nos está mostrando de una manera determinada y como un hecho.
