Desde que se iniciara la guerra en territorio ucraniano a consecuencia de la invasión del Rusia, los estados occidentales -la OTAN, EE. UU.- han reaccionado abasteciendo de armas a los invadidos, supongo que con el objetivo de que sea Ucrania la que, se enfrente a Putin, en lugar de tener que intervenir directamente otros países. Se ha penalizado la acción con múltiples sanciones económicas que parecen haber servido de poco, a fin de mitigar las posibilidades de Rusia de avanzar en la consecución de territorios, lo que muchos aseguran que no se frenará cuando haya invadido toda Ucrania. Parece que el objetivo velado de Putin es reconstruir la URSS, o eso se nos insinúa. Junto a esto, las declaraciones de la ministra de defensa española, Margarita Robles, asegurando que la amenaza de guerra en Europa es una realidad «total y absoluta», nos inducen a plantearnos si está justificando el aumento del presupuesto en defensa o si, ciertamente, más allá de la agitación de determinados líderes europeos, existen datos objetivos que fundamentan esta supuesta certeza. Si la ciudadanía no posee la conciencia de tal inminente riesgo es porque nos falta información, como siempre, y no se nos proporciona toda la que tenemos derecho a saber.
La actitud ante este conflicto bélico contrasta con el que mundialmente se ha tomado ante la respuesta de Israel al atentado por parte de Hamas del 7 de octubre del 2023. Hace ya tiempo que parece obvio que el objetivo no es Hamas ni liberar las personas que en dicho atentado fueron secuestradas, sino exterminar a los palestinos de Gaza y Cisjordania para quedarse con los territorios que legalmente no son suyos, y extender el estado de Israel por todo el territorio dejando un minúsculo grupo de palestinos que nada puedan hacer ante este hecho. O lo que en otros términos se conoce como un genocidio para quitarse de una vez por todas el problema entre Israel y Palestina de en medio. Si no hay palestinos, no hay lugar a dos estados ni otras soluciones que se proponen. Así, pues, la guerra que inicialmente se pudo considerar entre Israel y Hamas, viendo los ataques a la población civil palestina indiscriminadamente, hoy está claro que la guerra es Israel contra Palestina. Sin embargo, a parte de acusaciones y palabras, la comunidad internacional no ha sancionado de ninguna manera una acción bélica que va mucho más allá de la autodefensa y que está arrasando con el pueblo palestino con bombas y con una hambruna que se considera ya una epidemia nunca vista por una guerra.
Está claro que, ante dos conflictos, dos actitudes dispares: una que apuesta por reforzar al país invadido para que si intervenir directamente, sea a través de Ucrania el lugar donde se dé la confrontación entre Rusia y Occidente; y la otra, que a duras penas se lucha sin demasiado contundencia para que entre ayuda humanitaria. La amenaza que en otros momentos podían suponer los países árabes de la zona es, hoy en día, inexistente y por ello intuyo que algo nos hemos perdido para que los árabes dejen que se lleve a cabo el exterminio de los palestinos y que la comunidad occidental tampoco actúe, más allá de una verborrea que cabree a Netanyahu, el primer ministro de Israel.
Si todo funcionara como hace años, esta masacre de Israel con la pasividad de la comunidad internacional llevará de aquí a unos años a oleadas de atentados terroristas de los que luego nos lamentaremos y condenaremos, mientras ahora no somos capaces de decir las cosas como son: lo de Israel es terrorismo de estado, y debería ser frenado con la contundencia que tal acción inhumana merece.
Dos guerras, dos criterios. Nunca el criterio es el bien de las víctimas, sino políticas estratégicas que ahora no nos permiten entender por qué el pueblo palestino está tan solo. Todos observadores pasivos cuya conciencia está anestesiada o hay razones muy poderosas que desconocemos.
El interrogante, después de todo es cuál de los dos está más endiosado: ¿Putin o Netanyahu? Difícil descifrarlo, pero sí sabemos que no son los únicos que ostentan la jefatura o presidencia de sus estados que se hallan al borde de la psicopatía ¿tendrá algo que ver con la inhibición ante la belicosa matanza que lleva a cabo Isarael?
