“Podríamos plantear, en primer lugar, que los diversos acontecimientos -que no son muchos- que suceden en la vida remiten a uno, al mismo: al trauma primordial o central para cada cual. Así, habrá que situar cuáles son los elementos “tocados” por el acontecimiento, de qué modo apunta a ese trauma central que implica, también, un sin palabras, el real. En segundo lugar, que lo que toca son ciertas coordenadas singulares del acontecimiento que resuenan con su propia historia, pero que, al mismo tiempo, implican lo que siempre queda “por fuera” de lo historiable. Por eso podemos decir que un suceso X no cobra el estatuto de acontecimiento para todos, que no hay acontecimiento colectivo sino solo acontecimiento singular ya que, aunque el suceso sea el mismo para todos (por ejemplo, el 11-S y las torres gemelas, un terremoto, una guerra, un nacimiento, la pandemia) el acontecimiento solo puede ser uno por uno.”
González, Claudia. Acontecimiento, escritura y agujero. Una perspectiva lacaniana. Capítulo IV en “Acontecimiento ya prácticas emancipatorias. La praxis y lo humano en nuestro tiempo.” Eds. Ricardo Espinoza Lolas y Jordi Riba. Bellaterra edicions. Pg. 59
La autora del fragmento inicia el capítulo estableciendo que el término Acontecimiento puede ser abordado y entendido desde diferentes perspectivas: social, política, …Ella profundizará en qué consiste un Acontecimiento desde el psicoanálisis lacaniano, lo cual no significa que el mismo acontecer no pueda ser entendido como un devenir social que marca un punto de inflexión, si partimos de otra perspectiva. Lo relevante en su artículo es destacar qué es y cómo opera un Acontecimiento desde el psicoanálisis lacaniano, y esto no debemos perderlo de vista.
El primer elemento que destaca González es que los Acontecimientos que tienen lugar en la vida no son muchos, es decir no son simples sucesos que cotidianamente interfieren en nuestra manera de reaccionar o actuar. Hablamos de Acontecimiento si un suceso remite a un individuo a su trauma principal. Es decir, el Acontecimiento no es en sí mismo tal, sino que lo es para uno, y no para otro, por lo que su cualidad de acontecer depende de si éste toca lo traumático de un sujeto, para el cual aquello será un acontecimiento, mientras que para otros no. En otros términos, lo que resuena con su propia historia, pero que, al mismo tiempo, implica lo que siempre queda “por fuera” de lo historiable, ya que va más allá de lo contingente, sino que representa el agujero que un acontecimiento deja en nosotros, todo lo que queda fuera del lenguaje, no puede ser dicho, pero puede establecer los bordes de ese agujero -ese sinsentido, que carece de significado porque no puede ser expresado lingüísticamente- que delimitan el trauma, el cual notamos y al cual podemos acercarnos.
Esta mirada del Acontecimiento resulta relevante porque respeta y destaca la importancia de la singularidad, y de cómo nos afectan determinados sucesos de manera única a cada uno. Esto obviamente depende de nuestra experiencia anterior, y solo puede se calibrada desde ese trauma original que atraviesa la vivencia de todo cuanto sucede. Así, a menudo solo sabemos que un suceso constituye un Acontecimiento a posteriori, una vez el sujeto ha sido tocado en su agujero, su sinsentido, su núcleo traumático inexplicable.
Esta perspectiva lacaniana pretende establecer lo que implica acontecer o no desde el sujeto, pero para nada excluye que socialmente haya hechos que puedan considerarse acontecimientos porque marcaron un antes y un después en el comportamiento social y político del colectivo que lo padeció. Lo que Lacan clarifica es que en primer lugar un suceso es singular por lo que puede convertirse en acontecimiento para uno y no para otro, y eso es lo relevante para el psicoanálisis. Que posteriormente se estudie desde una perspectiva social y política cómo afecto al colectivo como tal en sus creencias, actitudes y comportamientos es asunto de otras disciplinas. Imaginemos ahora, a pequeña escala, no el 11S como refiere Claudia González, si no un suceso que pudiese afectar a un grupo de diez sujetos. Si de estos, ocho se ven “tocados” y el suceso es para ellos Acontecimiento, quizás tendremos que considerar que, aunque en un primer momento el acontecer sea subjetivo, al ser tantos los individuos afectados del grupo, el ochenta por ciento, debemos atender a las repercusiones sociales-colectivas de este Acontecimiento, porque también tendrá que ser considerado así desde la perspectiva social y comunitaria.
En síntesis, con Lacan podemos decir que los sucesos afectan de uno en uno, siendo acontecimientos o no según el sujeto. Sin embargo, cuando los “unos” son muchos de un colectivo necesitaremos recurrir a miradas sociales y políticas que consideren el cómo puede afectar ese Acontecimiento en lo colectivo. Seguramente el 11S, y otros muchos sucesos, serían una muestra de esta última consideración.
OBRA DE REFERENCIA:
https://www.bellaterra.coop/es/libros/acontecimiento-y-practicas-emancipatorias
