El día de Sant Jordi en Catalunya es la fiesta cultural por excelencia, rociada de libros y rosas, y de cualquier otra manifestación cultural que oscile alrededor de la leyenda. En estos tiempos hay muchas princesas que hallándose en peligro necesitan de generosos y valientes Jordi’s que acudan en su auxilio y las liberen de los Dragones voraces que las acechan. Cada uno de nosotros se metamorfosea a lo largo de su existencia, como una dinámica imparable, de princesa a Jordi y a Dragón, y vamos deviniendo uno u otro en función de las decisiones y acciones que realicemos. Sí, es una decisión que vamos asumiendo y cuyas consecuencias debemos asumir. Nunca podemos dejar de preguntarnos cuál de los tres queremos ser y actuar en consecuencia.
Esta triada, y sus mutaciones, fluyen continuamente creando redes de relaciones de poder que se van enfrentando: las princesas esperando que alguien las rescate, como si fuesen impotentes e incapaces, los Jordi’s, con ese espíritu de salvador, proporcionando el pez en lugar de darles la caña para que aprendan a pescar, y los Dragones asumiéndose como monstruos como si, al igual que el resto de la triada, no pudiesen renunciar a ese rol que implica ser siempre el malo de la historia.
Cualquier leyenda se actualiza en el momento en el que la releemos y la conmemoramos, y, como en este caso, nos obliga a cuestionarnos qué personaje somos, cuál queremos ser o si esta fluctuación en los roles es el reflejo más fiel de la realidad. Seguramente, nadie es siempre ni princesa, ni Jordi, ni Dragón.
Ahora bien, si la rosa que se regala por estas fechas -símbolo del amor caballeresco medieval- está vinculada a la leyenda, rompiendo el romanticismo de ésta, los libros no tienen ninguna relación. Fue la arbitrariedad de principios del siglo XX la que impuso que se celebrara anualmente un día del libro, que buscando una climatología favorable se situó en la fecha de hoy. Se ha buscado también el halo de la muerte de Cervantes y Shakespeare, forzando su muerte en esta fecha, ya que, en realidad, esta data coincide según el calendario gregoriano, que no es estrictamente el actual, ya que éste surge de ajustes realizados teniendo en cuenta el calendario juliano y el egipcio.
Sea como fuere, en la cultura occidental, no solo en Catalunya, está arraigada la fecha de hoy como el día internacional del libro. Esto tienes sus virtudes y sus defectos. La literatura se ha convertido para editoriales -las grandes corporaciones- y otros agentes interesados en un mercado. Que sea un mercado, es negativo porque lo que se busca es vender, no tanto promocionar la lectura, la cultura y la calidad de los que leemos. Si hay un tipo de libro -como serían las novelas gráficas hoy- eso es lo que más ofrece el mercado y menosprecia textos de calidad indiscutible que por las razones que sea no han entrado en el circuito comercial. De aquí no pretendo derivar ni que toda la literatura que se vende muchos se de mala calidad, ni que toda la de autor de editores pequeñas y mercado marginal, sea buena. Sería una conclusión absurda. Pero lo que sí deberíamos exigir es que se nos brinde literatura de calidad -el mercado también orienta lo que se consume, no nos engañemos- que se filtren muchos libros que no merecen la calificación mínima de calidad, y que en consecuencia se edite y se promocione según la literatura volcada en esos textos, al margen de quién los haya escrito. Los concursos, los grandes y prestigiosos sabemos que se dan de antemano, esto no favorece en absoluto lo que estamos demandando. Por el contrario, los menos conocidos son evaluados, en general, de manera más objetiva y esto es lo que debemos promocionar: que los concursos literarios sean trasparentes y se premie la calidad, sin subterfugios ni acuerdos previos.
Tras esta diatriba/ panegírica, deseo a todos un fructífero día del libro y que los que no los frecuentan tanto, acaben encontrando el gusto por una actividad que enriquece interiormente y que hoy en día presenta formatos diversos más económicos, aunque yo me quede siempre con el papel.
Bona diada de Sant Jordi!

Totalmente de acuerdo . Cómo el papel nada. Un abrazo
Me gustaLe gusta a 1 persona