por IMAGEN: el-grito-3-1983-oswaldo-guayasamin
Tengo un amigo que repite, a menudo, que escribir es su síntoma -en sentido lacaniano- [1], es decir, es la forma de lidiar con lo no dicho, lo nodal diría, que el lenguaje ha dejado atrás en su fijarse en el cuerpo de cada uno, y construirnos como sujetos sociales.
Eso que no puedo -personalmente- “decir” para clarificar algo, porque eso resta insondable para el lenguaje, sin el cual no seríamos humanos. Nos hallamos, pues, es un laberinto curioso porque podemos escribir para rebuscar la manera de decir lo inefable, y mientras hacemos este ejercicio manejamos el saber escribir como una estrategia que parece disolver nuestras manifestaciones más neuróticas, aunque de facto la escritura como síntoma es el mecanismo de defensa -en terminología freudiana- para sufrir lo menos posible.
Ahora bien, esta búsqueda incansable y compulsiva de lo que no hallaremos puede revestirse de satisfacción, ya que la repetición del síntoma, la escritura, nos crea la ilusión de que cada vez nos hallamos más próximos a poder “mostrar”, como si emergiera o apareciera, a base de rebuscarlo, lo que sabemos que resta lingüísticamente fuera de órbita.
En cierta manera, lo humano se agrieta en la búsqueda de su propia verdad porque solo puede acceder mediante el lenguaje, y éste a su vez asume la función de alejarlo.
Os invito a escuchar la explicación que sobre el síntoma da Pablo Rolando, es muy claro explicándose.
[1] La interpretación como saber leer apunta a reducir el síntoma a su fórmula inicial, es decir al encuentro material de un significante y del cuerpo, es decir al choque puro del lenguaje sobre el cuerpo. Entonces ciertamente, para tratar el síntoma hay que pasar por la dialéctica móvil del deseo, pero también es necesario desprenderse de los espejismos de la verdad que ese desciframiento les aporta y apuntar más allá a la fijeza del goce, a la opacidad de lo real. Si yo quisiera hacer hablar a este real, le imputaría lo que dice el dios de Israel en la zarza ardiente, antes de emitir los mandamientos que son el revestimiento de su real : « soy lo que soy » https://zacariasmarcopsicoanalista.com/biblioteca/leer-un-sintoma/
FILOSOFIA DEL RECONOCIMIENTO 