Semana Santa ¿qué? ¿cómo?

El genocidio en Gaza es una repetición semejante a otros que los humanos han llevado a cabo entre ellos. No creo que haya duda de que puede ser calificado de exterminio, como lo fueron otros a posteriori. La diferencia es que hoy la información fluye con más rapidez y con filtros diversos, por lo que el argumento de la ignorancia se ha derrumbado.

Considero una falta grave, un pecado sería en términos cristianos que celebrando la semana Santa, como la conmemoración del calvario y resurrección de Jesús, no haya habido una declaración abierta y sonora de condena de la comunidad cristina condenando el calvario, sin resurrección, del pueblo palestino.

Hay ritos que suponen una transformación en aquellos que participan. Mi percepción es que los ritos católicos han perdido su valor, se han quedado huecos, porque no tienen ninguna repercusión en el mundo. Es como un acto vano, fútil, que parece acallar la conciencia de tantos cristianos del mundo, fáciles de silenciar, y de manera endógena celebrar ritos que no implican ningún cambio en los humanos ni en el mundo. Podrían celebrar un número X de semanas santas que su absoluto silencio como comunidad de seguidores de Cristo seguiría sin pronunciar ninguna condena, ni exigir una solución definitiva del conflicto que desde el final de la II guerra mundial, al menos ya que sabemos que se inició con anterioridad, se ha recrudecido tanto que nos permitimos dejar que todo un presidente de los EE. UU. banalice lo que allí está sucediendo, vanagloriándose de que hará de Gaza un resort de vacaciones.

¿Para qué siguen los cristianos conmemorando o celebrando la muerte y resurrección de Cristo, si eso no transforma absolutamente nada? ¿No sienten cierta sensación de hipocresía? ¿No se siente unos fariseos bien posicionados?

Se predica con el ejemplo, no con palabras, como bien aseveró ese Jesús que los cristianos creen que es Dios, “por sus obras los conoceréis”. Como europea educada en la cultura de raíz judeocristiana, me siento absolutamente indignada de que haya tantas iglesias cristianas que, en lugar de emprender acciones para detener el genocidio palestino, se encierren entre sus cuatro paredes a celebrar no sé muy bien el qué. ¿No sería mejor que en lugar de que resucitara Jesús, cesarán las muertes de palestinos totalmente inocentes y cuyo único delito es ser palestinos? Hay una doble tragedia, primero las matanzas de humanos, después la hipocresía de todas las Iglesias cristianas que para nada actúan según lo que celebran estos días.