PUERTA TRASERA -poema-

No hay comentarios

El rostro, surcado por la pena, escupía llanto.

El transcurrir, siempre a jirones, situaba todo en su justo ámbito. 

No palpitaba su corazón, su movimiento se asemejaba a un inaudible zumbido de insecto que eternamente se diluía, en el intento de ser pasado.

La vida, un sablazo, que de tanto sufrirla se iba gastando, zarpazo tras zarpazo.

Parecía mirar, sus ojos ciegos, su mente fijada, atada al único hilo de esperanza.

Esa puerta trasera a la que recurrimos cuando ya no podemos abrir ni las ventanas.

Una copa, una sustancia, un sorbo intenso y la bendita nada.

Deja un comentario