Tras la resaca del individualismo, resurge el ansia de comunidad; tras la saturación del deseo, el anhelo de sentido. No es una vuelta al dogma, sino al asombro. Los mismos jóvenes que crecieron confinados entre pantallas y algoritmos descubren, con desconcierto para sus padres, que el alma existe.
https://retinatendencias.com/opinion/rosalia-los-herederos-del-vacio-y-el-retorno-de-la-fe: En la sección Retina (El País) un artículo sobre Rosalía y la vuelta de los jóvenes a la fe, por Eduardo Infante.

Esperemos que esa vuelta a las tradiciones, esa búsqueda de sentido, no dirija a la juventud hacia proyectos gregarios, excluyentes y dogmáticos.
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