En ocasiones, por azar, llegan a mis oídos frases que alguien dice como para rellenar la conversación, sin más. Sin embargo, aisladas e interiorizadas desprenden un aroma metafórico que me impactan. Ayer, sobremesa veraniega, J. dijo: “Sí, las puertas hacen bastante”, aunque, como si fuese una aposición, contuvo la pausa suficiente para que me resonara
