El “caso Alves” vuelve a darnos un revés y a evidenciar que la justicia es clasista. Recordemos que fue condenado a cuatro años y medio de prisión y cinco de libertad vigilada, considerando como atenuante que el acusado pagara, por requerimiento judicial, una fianza de 150000 euros, que irán destinadas para reparar a la víctima.
