Nos deslizamos, casi imperceptiblemente, mientras nos vamos de la misma manera actualizando. Y desconocemos cómo seremos, aunque a cierta edad estén echadas casi todas las cartas. Marguerite Yourcenar hablaba del tiempo como ese gran escultor y ciertamente los instantes que van confluyendo van esculpiéndonos de formes diferentes. Solo cabe esperar que mejor, más en sintonía
