El cuerpo es la manifestación del tiempo. El deterioro, el cansancio incrustado en los huesos y ese respirar cansino no dejan lugar a dudas de su paso inexorable. Pero los cuerpos son también el objeto o el otro expulsado, maltratado y cosificado por el sistema neocapitalista que está alcanzando un poder inusitado. Ya no cabe,
