La actualidad, esa que construyen los medios de comunicación, no es más que una manera de sesgar la realidad para crear una determinada conciencia de lo que ocurre y es importante, y de lo que va perdiendo importancia –porque es como si dejara de ocurrir- Desgraciadamente esta estrategia es tremendamente eficaz y consigue manipular la opinión pública hasta puntos insospechados.
Sin detenerme en demasía expondré algunos ejemplos que me parecen claros:
– Tener al país pendiente de la elección del presidente norteamericano, con la convicción de que nos jugamos como Estado más ahí que en la elección de nuestro propio presidente –después de dos elecciones y viendo el panorama político desolador que hay para que el partido más corrupto siga siendo el más votado-
– Creer que la crisis de los refugiados es un tema que se va solucionando.
– En Catalunya el tema de la pobreza ha pasado a tercer o cuarto plano porque lo prioritario es el proceso independentista y conseguido esto se solucionarán los problemas (TV3 y periódicos independentistas).
– El problema del terrorismo se solucionará en Siria.
– La austeridad es necesaria para la recuperación económica, todos debemos hacer un sacrificio- cuando los que más tienen no lo hacen sino que se enriquecen más-
Crear este estado de opinión por parte de los medios de comunicación es una labor instigada y dirigida por los poderes económicos cuyos intereses dependen del comportamiento de los ciudadanos, de su docilidad y de su sometimiento. La fábula que construyen contribuye al enriquecimiento de las élites y a la sutil manipulación del individuo que en cada circunstancia asumirá –creerá que por voluntad propia- aquellas conductas más favorables para el mantenimiento del sistema. De esta forma, contra más nos digan que España crece económicamente, da lo mismo que los contratos que hagan bajar como un espejismo las cifras del paro sean basura que no da para vivir, porque el individuo se irá animando y el consumo irá aumentando que eso es lo que buscan, de hecho, para dinamizar la economía.
Las estrategias de dominio son cada vez más sutiles y por tanto difíciles de identificar, porque los medios para hacerlo son más y de más sofisticación. Pero también es cierto que contra menos dispuestos estemos a cuestionar y a ser críticos con la “verdad” que nos llega ya cocinada, como es propio del S.XXI, más susceptibles somos que “tragarnos” lo que nos echen sin ninguna resistencia. Un poco de pensamiento crítico ante lo que nos “venden” sería sano, como la comida casera.
