Lo que se manifiesta con aparente neutralidad axiológica raya la banalidad con tal reiteración, que su exceso revierte en la urgencia de discriminación entre lo anecdótico y lo relevante. Tal habilidad es propia de quien escribe en un tono único y sin matiz, cediendo al lector la constatación de semejante evidencia, o por el contrario evidenciando la banalidad del lector. Richard Ford es en esto un gran maestro.
