Oración del ateo

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Padre impuesto que acaso seas en el cielo,

No sea en vano tu  nombre y

Descríbenos claramente tu reino,

Para discernir si queremos que se haga tu voluntad

Aquí en la tierra, como en tu supuesto cielo.

Muestra tu legitimidad para perdonar nuestros pecados,

Y nosotros consideraremos si merecen los otros ser perdonados.

Que tu presencia no nos deje hacer el mal,

Aunque siendo lo dado tu ausencia,

no impedirás nuestro mal, ni el ajeno

Y tu invocación será el absurdo universal,

Aquella idolatría que se gesta alrededor de un nombre hueco.

Así es.

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