Neuronas moldeadas

No hay comentarios

Cuando los dedos de las manos se asemejan a gusanos que culebrean desnortados y no hay casi margen de dominio sobre ese movimiento caprichoso, empezamos a alertarnos respecto de cuántos gestos realizamos sin intervención de nuestra voluntad, por aleteo azaroso de conexiones neuronales externamente moldeadas. Si es así, ¿dónde reside la libertad?

Deja un comentario