Sí tenemos miedo, al terrorismo armado y al ideológico, al de todos aquellos que quieren imponer su forma de ver el mundo pisoteando las diferencias. Y no a los que se manifiestan pacíficamente por las calles expresando su idea de nación o estado, sino de los dirigentes que sabemos –a estas alturas no pueden engañarnos- les mueven intereses que no son los de los ciudadanos. Tan solo deseo que los que les siguen sean críticos y se cuestionen qué debe mover a los que los lideran, a esos políticos que se muestran intachables a llevar a cabo este proceso. Burgueses todos ellos que han sido golpeados por la crisis, pero menos que los ciudadanos de tercera y cuarta división.
Ya sabemos lo que hace el Estado español, seamos algo críticos y preguntemos qué hacen los nuestros y por qué.
