Casi no se sienten los gemidos acallados y oscuros de quien plañe por las personas inocentes y ajenas, sobre las que caerá la espada de Damocles de la irresponsabilidad de tantos políticos de diversos colores que hablan porque la retórica es su herramienta de trabajo y cobran mientras el teatro que escenifican se prolongue a costa de la vida y la pobreza de los muchos. ¿Para qué solucionar nada? No trabajan en vistas a resultados.
