Mientras todos duermen, el ambiente desprende una cierta placidez fruto del descanso y el deseado sosiego. Quien, en vela, observa lo velado a quien dormita, se arrebuja como un privilegiado testigo de ese acontecer que hasta le incita a sospechar que la soledad es deleitosa.
Madrugada
Publicado por Ana de Lacalle
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