Nos deslizamos, casi imperceptiblemente, mientras nos vamos de la misma manera actualizando. Y desconocemos cómo seremos, aunque a cierta edad estén echadas casi todas las cartas. Marguerite Yourcenar hablaba del tiempo como ese gran escultor y ciertamente los instantes que van confluyendo van esculpiéndonos de formes diferentes. Solo cabe esperar que mejor, más en sintonía con el otro que parece distante, más dispuestos al diálogo sin exabruptos, a escuchar y acoger, dejarnos realizar también por lo que los otros ven en esta plástica escultura que somos.
Tal vez, solo haya algún irrenunciable -muy pocos, como los auténticos amigos, dos o tres si eres afortunado- y todo cuanto hemos sido, creído o hecho hasta ahora pueda ser revisado, rehecho, repensada y resentido, para que surja, en ese lento devenir en el que existimos, un humano más tiernamente humano.

Bellisima reflexión!
Los seres humanos siempre buscamos los defectos incluso en nosotros mismos.
Hay tantas cosas que seria mejor que no existiera… pero entonces…
¿Existiran las otras?
Un placer descubrir este lugar.
Te sigo.
Un saludo
Me gustaLe gusta a 1 persona
Gracias a ti!!!!
Me gustaMe gusta