Estamos inquietos y preocupados por las consecuencias perniciosas que pueda implicar el desarrollo de la inteligencia artificial. Se han escrito distopías al respecto, en las que coincide la ausencia de ningún límite moral. Cierto es que cerrar los ojos a las ventajas que puede reportarnos esta tecnología es estar miopes. Sin embargo, es significativo que el humano se tema a sí mismo debido a qué sabe de lo que somos capaces: bestias y ángeles, en los que el mal es tan intenso que poco resquicio le queda al bien para compensarlo.
En este sentido recojo un post escrito en noviembre de 2018 sobre un fragmento de Vineland escrito por Thomas Pynchon.
Y por otro lado inserto el vídeo del diálogo que mantuvimos hace unos días en el CLUB MUNDIAL DE FILOSOFÍA sobre inteligencia artificial, el cual os recomiendo ya que en 5 días ha superado las 1300 reproducciones, deduzco que por la claridad de la exposición que hace Xavier Casanovas[1], apto para todos los públicos sepan o no algo de la cuestión.
[1] Xavier Casanovas es matemático por la Universidad Politécnica de Catalunya, Doctor en Filosofía por la Universidad de Barcelona y profesor de la cátedra de Ética de la Universidad Ramon Llull.

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