La legitimidad de algunas guerras.

No puedo dejar de contemplar atónita las contiendas bélicas que está llevando a cabo el estado de Israel dirigido por un descabezado, Binyamin Netanyahu. En primer lugar, arrasando con el pueblo palestino con el fin, según afirma, de acabar con el grupo de terrorista Hamás -denominación occidental-. Este objetivo parece que legitima el genocidio que está llevando a cabo en Gaza y, también en Cisjordania. Los rehenes que Hamas retuvo como resultado del ataque el 7 de octubre de 2023 en la parte fronteriza de Israel con Palestina, han pasado siempre a segundo plano y esa matanza fue la excusa que necesitaba Netanyahu para acabar por siempre con los palestinos. Para los rehenes y sus familias es y ha sido una tragedia que ha dado un vuelco amargo en sus vidas, para Israel la ocasión de oro.

Por otro lado, la escaramuzas con Hezbolá en el sur del Líbano han pasado a ser otra contienda abierta con numerosos muertos y atacándose mutuamente hasta centro neurálgicos. Hezbolá es, según la categorización occidental, otro grupo terrorista.  Lo que sorprende realmente es que, si el Líbano tiene un gobierno, este no se haya pronunciado, o no se nos ha informado, en nombre de su estado, y haya tomado medidas al respecto. Seguro que habrá expertos en el tema que puedan aportar claridad a este estado de confusión.

Es curioso que Israel solo declara la guerra a grupos terroristas, pero con esta legitimidad supuesta, arrasa con tierras que por derecho internacional pertenecen a palestinos y al Líbano, además de cometer una matanza abominable.

Y, por último, la vergüenza mundial de no tener las estrategias para detener los ataques que están alcanzando ya proporciones de un segundo país en guerra con Israel, o de que primen los intereses económicos de países, el más evidente EUA que no acaba de condenar las acciones de Israel.

Lo que ya hemos visto a lo largo de la historia es que hay estado que tienen impunidad para atacar a otros, y la mayoría no. ¿Para eso sirve la ONU? ¿Para legitimar los ataques de los que forman parte de su cúpula? Mejor sería que desapareciera para que la hipocresía se hiciera menos patente.

Supongo que seguiré atónita y aterrorizada de ver brazos, y diversos miembros de personas en lugares que no les corresponden, sean de la nacional y etnia que sean, son humanos desmembrados y asesinados y la comunidad internacional se queda con los brazos cruzados. Nada que ver, en el fondo, con la guerra que Rusia ha desatado en Ucrania, por cuestiones afines a Israel, pero con el rechazo de la comunidad internacional por considerarla una invasión. ¿Qué vara de medir es esa?