Escribo desde la más humilde incomprensión de cómo se sustenta en cristianismo a estas alturas, y desde la rabia y la tristeza derivadas de esta incomprensión. Ahora que entramos en período navideño, hay cristianos que a fecha de hoy van a celebrar qué, ¿que Dios ama a los hombres? ¿Qué respeta su libertad y deja que se destruya con saña y alevosía a los mismos de siempre? El nacimiento de Jesús que se conmemora no es esperanza de nada, si no hagamos un recorrido por la historia de esos humanos que Dios ama.
Me cuesta imaginar cómo en Occidente y algún lugar más del planeta los que se consideran cristianos católicos van a festejar con cierto lujo, o mucho, algo que parece más resultado de un deseo de trascendencia que de que ésta sea algo real. Y mientras tanto, por referirme a algo, el pueblo palestino, ese de dónde procedía Jesús como judío, está siendo desde hace años exterminado con impunidad absoluta por esos judíos que renegaron de Jesús y que hoy, muchos de ellos afincados en esas tierras que no solo les pertenecía a ellos, estén sin amago de duda masacrando sin piedad a otro pueblo, y repitiendo el holocausto que ellos mismos vivieron. Para colmo, la madre naturaleza con lluvias y viento ayuda a rematar el cometido del gobierno de Israel.
Aquellos que se consideran cristianos deberían pasarse las navidades intentando reparar la infravida de cuantos a su alrededor no “viven”. O armando otra flotilla para reclamar que se detenga el genocidio.
Sin embargo, los católicos son una clase acomodada que ahora reza con semblante compungido, y sale a cenar, comer o beber con una alegría desmedida, por…no se sabe qué. Muchos de ellos tienen un estatus social protegido económicamente, otros son pobres, algunos mucho, y creen que rezando mejorará algo. ¿Qué sentido tiene rezar por los que sufren, mueren en guerras, etc si parten del supuesto de que lo que sucede en el mundo, lo que los humanos hacen es resultado de su voluntad y Dios no interviene para no minar su libertad? Para qué rezar a un Dios indiferente. Sinceramente, solo puedo intuir que esos ritos sirven para acallar la conciencia de los que viven con la misma indiferencia que Dios mismo.
Ser palestino es el símbolo de ser repudiado, asesinado por armamento o por condiciones de vida que no garantizan ni permiten la vida.
Así, el término palestino trasciende aquí, a los palestinos mismos, ya que hay millones de “palestinos” en todo el planeta sufriendo, padeciendo y muriendo por la irresponsabilidad de los que más tienen.
Dicen que el cuerpo humano es el templo de Dios, ¿no entró Jesús en el Templo y se lio a latigazos con todos los que estaban comerciando y enriqueciéndose a base de utilizar el templo en su beneficio, es decir usar el cuerpo del otro para enriquecerme yo.
Cada uno acude a las citas de sus libros sagrados que le legitiman; solo pedimos honestidad.
¿Los no católicos o no cristianos están exentos de responsabilidad? Por supuesto que no, pero como no hacen gala de una creencia a la que contradicen continuamente con sus actos, no puede hacerse un reproche generalizado, sino que cada uno con su conciencia. La indiferencia es una agresión al otro se haga desde las creencias que se haga, y todos tenemos creencias.
La cultura se convierte en la forma amable de tiranía del capitalismo que es, en última instancia el sistema que promueve el ansia de poder y dominio y la voluntad de enriquecerse a costa de los otros. Seamos críticos con la cultura y desmantelemos en la medida que podamos la sujeción de la que no sabemos cómo liberarnos. Quizás porque lo que se precisa es un cambio estructural muy difícil de llevar a cabo.
