Hoy cumples más de sesenta; cuarenta y cinco llevamos juntos. Hemos materializado una religación única, adaptándonos, moldeándonos el uno al otro. Tú tienes algo de mí de lo que antes carecías y yo mucho de ti que siempre fue una falta en mí. Hemos construido un ligamen desde la libertad.
Nos ha costado, porque nunca es fácil renunciar por el otro, aunque sea a nimiedades. La convivencia exige que aquello que molesta al otro sea evitado, alterar hábitos y hallar la confluencia entre ambos. Estas pequeñas cosas son simples tropezones que uno se encuentra día a día, pero que al cabo de los años dan como resultado algo nuevo, no una acumulación a regañadientes de abstinencias, sino una nueva manera de vivir y convivir.
Tantos años juntos nos han permitido salir de la adolescencia y llegar a la vejez y, por ello, ir creciendo, cambiando y buscando el lugar, cada uno el suyo, en el mundo. Ese lugar propio contaba con la presencia de otro sin el que ya no podríamos pensar ni entender nuestras vidas. La libertad ha sido nuestro estandarte, el respeto -aunque a veces costase- y el aire que se respiraba en la atmósfera. Eso, obviamente, también ha provocado desencuentros, padecimientos y lágrimas, pero nos ha servido para aprender que amar no es sentir mariposas en el estómago, sino a menudo aguijones que hemos tenido que identificar, entender y resituar.
La razón de cuanto refiero nunca ha sido la de generaciones anteriores de “aguantar pase lo que pase” como si fuese un castigo del destino; tampoco la dificultad para establecer vínculos que se padece hoy en día. Creo que lo que nos ha llevado hasta hoy, día en el que cumples más de sesenta, ha sido el amor, ese compromiso irrefrenable que te lleva a intentar siempre comprender al otro y respetarle, al igual que el otro hace contigo. Un fuego inicial que fue transformándose en el sentir la no voluntad de pensar la existencia sin el otro. Tras nueve años conviviendo tuvimos un hijo y una hija, y ahora ese amor que nos ha unido lo ejercemos también con ellos, desde la libertad y el apoyo incondicional.
Feliz día, y espero que haya sido hasta hoy “feliz” vida.
