Es difícil e incluso reduccionista intentar ejemplificar la lucha de tantas mujeres por tener una vida digna, de individuo humano, con un trato y un reconocimiento equitativo al de los hombres. Por eso, prescindo de mencionar a ninguna en concreto, aunque acaso tenga en mente a algunas anónimas, y me limitaré a destacar qué me