Creerse en posesión de la verdad con una actitud dogmática demoledora, recuerda a esos estadios infantiles en que el individuo sentado en su púlpito va deshojando una metafórica margarita mientras defenestra lo que ve: si-no. Tal actitud puede provocar una reacción no menos pueril o dejarnos atónitos sin pronta perspectiva de reacción. Desmerece entrar en