Siendo la denominada muerte voluntaria –eufemísticamente, como marcan los cánones vigentes- la causa de fallecimiento no natural más elevada –por encima de los accidentes de tráfico- es sorprendente que sea una cuestión tan velada. Algunos aluden al conocido “efecto Werther”, el cual nunca ha podido ser rigurosamente demostrado, y al que hay que contextualizar en