No se puede extirpar la ponzoña interior como si hubiese un lugar que purgar con el fin de exonerar de todo padecer. El desasosiego, la desidia, el abismo son como un sarcoma expandiéndose por doquier, sin freno, con desenfreno cuyo fin es ocupar todo posible espacio. ¿Y qué hacer ante tamaña invasión? Buscar y rebuscar
