Coger un taxi en Barcelona y sentirte embaucada por una conversación nada habitual, en la que “el taxista aburrido”-como él se autodenomina- se desliza de manera natural por las contradicciones evolutivas de la naturaleza humana, para acabar sentenciando que el hombre no pertenece a la naturaleza externa que habita, se halla desarraigado y que cuándo