Escalofriante carta del padre del «teatro de la crueldad» a los directores de lo que durante siglos se denominaron manicomios. El encierro de personas que hoy diríamos están siendo juzgadas desde los neurotípicos y, por ende, incomprendidos, excluidos por no ser normativos, y como señaló posteriormente Foucault, encerrados por el poder para «normalizarlos» por ser
