¡Tanta vida se nos derrama bordeando el alma! Y acongojados solo nos queda un llanto indiscriminado que brota y rebrota sin límite. ¡Tanto sentir sin un sentido diáfano! ¿Cómo no lagrimear ante la posible pérdida de una vida repleta de nada? Extraviada si no logramos atisbar un horizonte. Mermada de valor si su fin no conduce más que al olvido.
Vida
Etiquetas: Existencia
Publicado por Ana de Lacalle
Escritora alacallefilosofiadelreconocimiento.com Ver todas las entradas de Ana de Lacalle
