Hay Males y «males»

Mientras el mal denunciando no nos señale como responsables directos, podemos emitir por las televisiones del Estado cualquier documental que denuncie atrocidades inhumanas, como si el hecho de conocerlas no implicara al Estado Español política y moralmente a actuar en las instituciones internacionales para evitar semejante violación de los derechos humanos. Este es uno de los mayores pecados de la política, inhibirse ante el mal conocido y olvidarse de la globalización cuando conviene. ¿Globalizamos la cultura, las empresas, el bienestar? Y ¿Por qué no somos honestos y reconocemos que aunque globalicemos el mal a pasos agigantados no vamos a ocuparnos de él? Cabe clarificar que no todo mal posee la  misma naturaleza, el terrorismo -cuyo origen parece ser de lo más turbio- es una mal globalizado en su solución porque afecta como víctimas al mundo entero, por ejemplo. Los problemas migratorios debería solucionarlos cada país de origen, en lugar de que los pobres países de acogida nos encontremos con las multitudes que nos encontramos. Al igual que al problema del los refugiados  habría que darle una solución internacional que aliviase la dura situación de los países europeos. Así es evidente por qué no siempre están los estados obligados a actuar y que hay «Males» y «males». Amén.