El olvido suele ser una quimera que con afán se torna obsesivo y con desdén una añoranza melancólica. No existe pues olvido a base de voluntad, ni por motivo. La memoria arropa con apego lo que sería deseado amnésico.
No hay olvido
Publicado por Ana de Lacalle
Escritora alacallefilosofiadelreconocimiento.com Ver todas las entradas de Ana de Lacalle
