Todo proceso vívido padece fases espasmódicas que exigen, casi, el retorno al punto de partida. Ahí, en ese súbito cúmulo de tribulaciones, surgen los héroes internos que surfean entre las contracciones musculares para erigirse y empoderarse de sí mismo, aunque todo se muestre fluctuante. Lo vívido es el motivo necesario para no decaer.
Vívido
Publicado por Ana de Lacalle
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