El ejercicio de la libertad rara vez consiste en elegir entre la inmensidad de opciones que se nos presentan, sino antes bien en decidir cómo reaccionar ante lo ineludible e impuesto. Aunque se disfracen de un halo de libertad liberal, nuestras decisiones están acotadas si deseamos formar parte del sistema y sobrevivir. Será que la libertad no constituye ya un pilar básico de la vida social, por mucho que salgamos a reivindicarla en manifestaciones, deberíamos cuestionarnos cuáles son las esclavitudes más determinantes que padecemos, qué conciencia tenemos sobre ellas y si deseamos propiamente ser libres.