Soledad al desnudo

8 comentarios

Quien se halla recluido en el horadado vacío interior, percibe el agrio y ácido sabor de la soledad. Esa gruta donde la oscuridad resta minimizada por la ausencia absoluta y la evidencia del necesario soporte propio genera pánico, inseguridad. Así podemos recurrir al auxilio de quien desde fuera nos fortalezca y nos proteja de nosotros mismos, que nos sentimos escasos e insuficientes para afrontar la cruda constatación de esa soledad desnuda ante la que todos nos reflejamos y reconocemos algún día.

Plural: 8 comentarios en “Soledad al desnudo”

  1. Buenos días, Ana,

    He estado bastante tiempo leyendo, visionando y escuchando un artículo de otra bloguera amiga, así que sólo tengo tiempo para decirle que ayer comprobé que sabe del Blog de Antonio Priante. Si Vd. dice que el más enjundioso que conoce es «El vuelo de la lechuza», de un lado, gracias por la parte que me corresponde, y del otro lado decirle que en mi opinión el de Priante, que creo que vive en Barcelona o alrededores, es tan enjundioso como el colectivo en el que participo. Y, mire, el artículo de Antonio sobre Austen tiene dos huérfanos Me Gusta: el suyo y el mío, en cada una de las dos partes en que está dividido. Comentarios, ninguno.
    Saludos

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      1. Se trata de «El silencio de Goethe»,que tengo aquí en casa en lista para leer. Ya leí hace semanas varias páginas y me pareció muy bueno. Precisamente el enamorado de Schopenhauer, es decir, el director de «La Lechuza», tiene entre sus innumerables artículos en ese blog uno que creo que se titula «Schopenhauer novelado», reseña muy elogiosa del libro de Priante, con quien mantengo cierta relación intermitente por correo electrónico.
        Saludos

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  2. Gracias por esto. Familiares cercanos en estos momentos desposan la soledad desnuda y es realmente una dura lucha para ellas… no es mi caso, aún siendo muy sociable, en la soledad (en compañía sólo de mí mismo) encuentro un placer único. Tus palabras harán más por ellas que mis experiencias tan alejadas de su realidad.

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  3. Sí, estoy contigo, pero es tal vez ese vacío el que nos lleva a constatar la honda soledad en que nos hallamos, entendida como abandono e indiferencia por parte ajeana. Nadie vendrá a rescatarnos.
    Gracias por tu comentario

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