Balbucear sordamente

No hay comentarios

Balbuceos sordos de quienes yacen presos de la indiferencia, real o sentida; gemidos desmenuzados, casi aullidos de dolor que no convocan presencia alguna, tan solo la posibilidad de que el aislado se desplace y surja. Ese gesto que, precisamente,  está incapacitado para hacer cuando su reacción es ese agudo llanto, sollozo o intento de barboteo.  Esa condena indefinida que asestamos a quien ya no tiene ni hálito.

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s